Por Luis Rivera
Ramos
Hoy sábado 5 de agosto me dirigí a las calles de la
colonia para hacer unas preguntas a las personas. Tomé papel y un lápiz y me
dispuse a caminar en busca de la primera persona. Crucé la calle y me dirigí a
un señor que estaba sentado en una banqueta, en la esquina. Lo saludé y le conté
lo que estaba realizando, me respondió con una voz tranquila y suave que estaba
esperando el camión. Entonces le dije que las preguntas serían rápidas. En eso
pasó el camión y se subió. Me había quedado como al principio, me dispuse a proseguir
y me encontré con un señor que se llamaba Juan, le pregunté si sabía de un
lugar, calle o esquina de esta colonia que fuera considerada peligroso a ciertas
horas por que asaltaban. Me sorprendió lo que me respondió, el señor Juan tenía
20 años que había vuelto a ese lugar desde la última vez que aquí estuvo. Dijo
que se ve muy diferente de otro tiempo, la avenida principal todavía no estaba
pavimenta, vio unas canchas de futbol y para patinar en aquel entonces no estaban
y que le parecían positivas para la gente. Acerca de la pregunta inicial respondió
que hace 20 años la gente era beligerante y había más hostilidad en el entorno,
que se sentía otra atmosfera. Haciendo remembranza y recordó que su hermana,
motivo de su visita, vivía en otra calle. Después de varios minutos
escuchándolo pude completar mi diligencia, le di las gracias y me despedí con
un cordial saludo de manos
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